Marcar, manchar o mutilar una superficie vertical es parte de la historia como lo es el caminar o el fuego, algo que se dio sin una fecha exacta y con la suficiente naturalidad para que fuera instantánea en cada rincón del planeta e incluso la historia nos ha mostrado que a lo largo de la existencia de la humanidad las paredes, muros y sus equivalentes en la naturaleza han sido un soporte para la expresión, el descargo, el mito, la ciencia y el arte.
Sabiendo esto podemos acordar que el graffiti y el arte callejero como movimiento o corriente artística nada tienen que ver con este proceso histórico. Secuenciarlo a la historia del arte o dentro de su evolución, familiarizandolo directamente con el muralismo mexicano del principio del siglo XX es muy inocente y poco imaginativo, ya que lo único que comparte es el soporte donde se realiza, de la misma manera es injusto y apresurado decir que toda raya en la pared es un graffiti ya que solo estaríamos tomando en cuenta las herramientas, y un razonamiento tan simple nos puede llevar a errores donde podríamos asegurar que todo cubo pertenece a la vanguardia cubista.
El graffiti es un punto de inflexión en la historia del arte, nace a mediados del siglo XX no con una intensión estética sino como una necesidad de existencia y una oposición a la normativa cruel de la época. Si hacemos memoria un grupo de jóvenes a pasado mediado del siglo XIX comenzaron a romper al estructura de lo clásico y generar nuevas formas y perspectivas de la imagen, estos igual a nuestros contemporáneos fueron repudiados por las élites, la prensa y la academia artística, hoy los conocemos como las Vanguardias y se comieron el mundo del arte en menos de cincuenta años.
La historia se repite y nuevamente la nueva ola creativa es menospreciada o al menos eso ocurrió en un comienzo.
Volviendo al Graffiti, este nombre se adopta mucho después que su practica estuviese consolidada, fue dado de forma des peyorativa por la prensa norteamericana en los años setenta, pero solo después que el New York Time pudiese captar con sus lentes un graffitero de piel blanca que conocemos como TAKI 183.
Mientras las metrópolis el glamour, el pop art, el concept art y los brillos de Hollywood y la musica Disco cubrían todas las pantallas determinando el estilo de vida americano, en las afueras, en la periferia donde se alzaban los suburbios la población marginal compuesta por negros, asiáticos y latinos sufrían la crisis económica producida por una fuerte recesión económica dejo a miles de obreros sin trabajo, provocando una fuerte pobreza y con esto una calidad de vida deplorable.
Poco a poco, los suburbios fueron quedando aislados sin servicios básicos como salud, educación lo que genero altos indices de deserción educativa y analfabetismo, asegurando que no pudiesen tener mucha idea o conocimientos de los que se le atribuye ser sus progenitores.
La seguridad cayó, las zonas comenzaron a desvalorizarse y los buitres inmobiliarios comenzaron a tejer estrategias que incluían la extorsión y el aumento de inseguridad. Si le sumamos una político social basada en el racismo recalcitrante donde una persona negra no podía usar el mismo baño que un blanco y menos sentarse a tomar un café bajo el mismo techo, tenemos entre manos una bomba social que se esperaría explotara en el desorden.
El Wild Style (graffiti) comienza en los metros y trenes de las ciudades. El tren era el único objeto que recorría toda la ciudad y las afueras de las mismas, el vehículo perfecto para marcar la existencia y que el resto que ignoraba un mundo fuera del área de conford se viera invadido e impactado por la aparición de eso extraño y casi violento estilo artístico que se paseaba con soltura por la ciudad.
El garabato que conocemos como tags, o la primeras firmas de los graffiteros, muchas veces son distorsiones del nombre propio o una conjugación del espacio y jerga ciudadana realizadas con un trazo único o una gran velocidad.
La popularización de aerosol como herramienta y el rápido crecimiento de esta corriente plástica comenzaron a generar una nueva estética de escritura. El siguiente paso fue el WILD STYLE, la pieza, el nombre del artista o su CREW (colectivo de graffiteros, mas parecido a una familia que a un equipo de trabajo) a gran escala, con colores y ornamentos que con el tiempo identificaban al realizador por concretarse a un estilo propio.
Cuando ya se hizo demasiado visible como para hace la vista gorda comenzó la etapa de repudio. Una etapa como ya sabemos sufren todos los movimientos artísticos que inquietan y siembran el terror del estatus quo de lo que debe ser el arte.
La prensa comenzó una campaña de demonización, se instalaron leyes extremadamente duras y violentas, se establecieron mentiras que hasta hoy duran que vinculan al graffiti con el narcotrafico y la lucha de territorios.
Pero eso solo avivo la llama.
El graffiti era odiado y adorado por tres razones básicas.
Uno. Su exposición provenía de la sección mas baja y menospreciada de la sociedad Estado Unidense. Era un arte de mendigo e ignorantes.
Dos. Su mera existencia estaba sujeta a la usurpación y violación del la propiedad privada, pierda angular del sistema liberal capitalista contemporáneo.
Y tres. En una sociedad donde todo esta a la venta, y donde los coleccionistas reclamaban ser propietarios de las nuevas obras, este tipo de arte no se puede vender o al menos no en esos tiempos, porque ¿qué iban a hacer las galerías vender un vagón o cortar una pared?
O al menos en ese momento.
Esta época de fervor político, lucha por los derechos sociales, donde grandes exponentes le hicieron frente a las injusticias motivadas por el racismo, no solo motivo a músicos y escritores, sino que alejados de los medios masivos de comunicación, entre los escombros de los complejos derrumbados serían centros comerciales, crecieron las bases del movimiento artístico mas grande de la historia, que instantáneamente exploto en Europa, en los barrios latinos y africanos como lo vio el mayo Francés, en américa dentro de las favelas y como resistencia a las dictaduras cívico militares emergentes y en África y asía en respuesta de un colonialismo salvaje.
Donde la postura del expresionismo abstracto de tener un arte despojado de la política ya estaba consolidado un arte joven rebelde y violento golpeo la puerta y entro sin permiso en la escena.
Su virulencia engendró el Street art o el post-graffiti en lo ochenta que dotado de incontables técnicas como el stencil, el graffiti figurativo, el mal llamado neo muralismo, el mosaico y una nueva concepción del volumen dejaron en la claro que no era un arte efimero ni una moda, sino una super estructura poseedora de la mayor proliferación de obras y artistas de todos los tiempos.
Hoy el graffiti esta presente en las principales galerías y muesos del mundo, tanto por que estos espacios poseen obras de artistas callejeros como por la apropiación de muros, fachadas, vagones o cualquier espacio publico lo suficientemente cotizado como para realizar el trabajo de corte.
A modo de ejemplo es muy interesante el caso de Vihls un artista portugués que se dedica a realizar un exquisito bajo relieve en las paredes de la ciudad con la intención de las grandes galerías no pudiesen robar sus trabajos.
En 2016 la galería nacional de Lisboa expuso una docena de sus trabajos que había removido cuidadosamente de las casas intervenidas.
En ciertas esferas de la academia los graffiteros y artistas callejeros siguen siendo brutos vándalos pero la verdad es que existen cientos de museos a cielo abierto, centenares de encuentros de artistas urbanos e incontables programas y proyectos estatales con el fin de embellecer ciudades y la opinión publica ha virado favoreciendo y motivando la expansión de esta conducta, el arte a vuelto a la calle con el solo fin de regalarle al espectador casual un arte que disfrute y que no sea condicionada para unos pocos que dicen entenderla, el arte del pueblo para el pueblo ha vuelto, esta vez para quedarse.
Sabiendo esto podemos acordar que el graffiti y el arte callejero como movimiento o corriente artística nada tienen que ver con este proceso histórico. Secuenciarlo a la historia del arte o dentro de su evolución, familiarizandolo directamente con el muralismo mexicano del principio del siglo XX es muy inocente y poco imaginativo, ya que lo único que comparte es el soporte donde se realiza, de la misma manera es injusto y apresurado decir que toda raya en la pared es un graffiti ya que solo estaríamos tomando en cuenta las herramientas, y un razonamiento tan simple nos puede llevar a errores donde podríamos asegurar que todo cubo pertenece a la vanguardia cubista.
El graffiti es un punto de inflexión en la historia del arte, nace a mediados del siglo XX no con una intensión estética sino como una necesidad de existencia y una oposición a la normativa cruel de la época. Si hacemos memoria un grupo de jóvenes a pasado mediado del siglo XIX comenzaron a romper al estructura de lo clásico y generar nuevas formas y perspectivas de la imagen, estos igual a nuestros contemporáneos fueron repudiados por las élites, la prensa y la academia artística, hoy los conocemos como las Vanguardias y se comieron el mundo del arte en menos de cincuenta años.
La historia se repite y nuevamente la nueva ola creativa es menospreciada o al menos eso ocurrió en un comienzo.
Volviendo al Graffiti, este nombre se adopta mucho después que su practica estuviese consolidada, fue dado de forma des peyorativa por la prensa norteamericana en los años setenta, pero solo después que el New York Time pudiese captar con sus lentes un graffitero de piel blanca que conocemos como TAKI 183.
Mientras las metrópolis el glamour, el pop art, el concept art y los brillos de Hollywood y la musica Disco cubrían todas las pantallas determinando el estilo de vida americano, en las afueras, en la periferia donde se alzaban los suburbios la población marginal compuesta por negros, asiáticos y latinos sufrían la crisis económica producida por una fuerte recesión económica dejo a miles de obreros sin trabajo, provocando una fuerte pobreza y con esto una calidad de vida deplorable.
Poco a poco, los suburbios fueron quedando aislados sin servicios básicos como salud, educación lo que genero altos indices de deserción educativa y analfabetismo, asegurando que no pudiesen tener mucha idea o conocimientos de los que se le atribuye ser sus progenitores.
La seguridad cayó, las zonas comenzaron a desvalorizarse y los buitres inmobiliarios comenzaron a tejer estrategias que incluían la extorsión y el aumento de inseguridad. Si le sumamos una político social basada en el racismo recalcitrante donde una persona negra no podía usar el mismo baño que un blanco y menos sentarse a tomar un café bajo el mismo techo, tenemos entre manos una bomba social que se esperaría explotara en el desorden.
Pese a ello sucedió todo lo contrario, estas condiciones opresoras provocaron el surgimiento de el movimiento contra cultural mas grande desde el renacimiento, donde un grupo de individuos de diferentes partes del mundo sin posibilidades de contactarse sin formación u organización salieron a la calle a vandalizar y evitar la invisibilidad de su existencia. Pronto el Hip Hop se consolidaría y el graffiti pasaría a ser la herramienta plástica de esta cultura.
El Wild Style (graffiti) comienza en los metros y trenes de las ciudades. El tren era el único objeto que recorría toda la ciudad y las afueras de las mismas, el vehículo perfecto para marcar la existencia y que el resto que ignoraba un mundo fuera del área de conford se viera invadido e impactado por la aparición de eso extraño y casi violento estilo artístico que se paseaba con soltura por la ciudad.
El garabato que conocemos como tags, o la primeras firmas de los graffiteros, muchas veces son distorsiones del nombre propio o una conjugación del espacio y jerga ciudadana realizadas con un trazo único o una gran velocidad.
La popularización de aerosol como herramienta y el rápido crecimiento de esta corriente plástica comenzaron a generar una nueva estética de escritura. El siguiente paso fue el WILD STYLE, la pieza, el nombre del artista o su CREW (colectivo de graffiteros, mas parecido a una familia que a un equipo de trabajo) a gran escala, con colores y ornamentos que con el tiempo identificaban al realizador por concretarse a un estilo propio.
Cuando ya se hizo demasiado visible como para hace la vista gorda comenzó la etapa de repudio. Una etapa como ya sabemos sufren todos los movimientos artísticos que inquietan y siembran el terror del estatus quo de lo que debe ser el arte.
Pero eso solo avivo la llama.
El graffiti era odiado y adorado por tres razones básicas.
Uno. Su exposición provenía de la sección mas baja y menospreciada de la sociedad Estado Unidense. Era un arte de mendigo e ignorantes.
Dos. Su mera existencia estaba sujeta a la usurpación y violación del la propiedad privada, pierda angular del sistema liberal capitalista contemporáneo.
Y tres. En una sociedad donde todo esta a la venta, y donde los coleccionistas reclamaban ser propietarios de las nuevas obras, este tipo de arte no se puede vender o al menos no en esos tiempos, porque ¿qué iban a hacer las galerías vender un vagón o cortar una pared?
O al menos en ese momento.
Esta época de fervor político, lucha por los derechos sociales, donde grandes exponentes le hicieron frente a las injusticias motivadas por el racismo, no solo motivo a músicos y escritores, sino que alejados de los medios masivos de comunicación, entre los escombros de los complejos derrumbados serían centros comerciales, crecieron las bases del movimiento artístico mas grande de la historia, que instantáneamente exploto en Europa, en los barrios latinos y africanos como lo vio el mayo Francés, en américa dentro de las favelas y como resistencia a las dictaduras cívico militares emergentes y en África y asía en respuesta de un colonialismo salvaje.
Donde la postura del expresionismo abstracto de tener un arte despojado de la política ya estaba consolidado un arte joven rebelde y violento golpeo la puerta y entro sin permiso en la escena.
Su virulencia engendró el Street art o el post-graffiti en lo ochenta que dotado de incontables técnicas como el stencil, el graffiti figurativo, el mal llamado neo muralismo, el mosaico y una nueva concepción del volumen dejaron en la claro que no era un arte efimero ni una moda, sino una super estructura poseedora de la mayor proliferación de obras y artistas de todos los tiempos.
Hoy el graffiti esta presente en las principales galerías y muesos del mundo, tanto por que estos espacios poseen obras de artistas callejeros como por la apropiación de muros, fachadas, vagones o cualquier espacio publico lo suficientemente cotizado como para realizar el trabajo de corte.
A modo de ejemplo es muy interesante el caso de Vihls un artista portugués que se dedica a realizar un exquisito bajo relieve en las paredes de la ciudad con la intención de las grandes galerías no pudiesen robar sus trabajos.
En 2016 la galería nacional de Lisboa expuso una docena de sus trabajos que había removido cuidadosamente de las casas intervenidas.
En ciertas esferas de la academia los graffiteros y artistas callejeros siguen siendo brutos vándalos pero la verdad es que existen cientos de museos a cielo abierto, centenares de encuentros de artistas urbanos e incontables programas y proyectos estatales con el fin de embellecer ciudades y la opinión publica ha virado favoreciendo y motivando la expansión de esta conducta, el arte a vuelto a la calle con el solo fin de regalarle al espectador casual un arte que disfrute y que no sea condicionada para unos pocos que dicen entenderla, el arte del pueblo para el pueblo ha vuelto, esta vez para quedarse.
Mario Alonso
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