Manifiesto CREÁ. Los muros gritan.

Hasta ahora los muros se han mantenido en continua lucha, murales, pegatinas stencil y graffitis, denunciando, criticando, exponiendo las barbaries y pagando con sangre su inocente osadía. Abandonados a las calamidades del clima, solitarios y menospreciados por las masas, llevados a la marginalidad de lo estético-artístico, repudiados, perseguidos, encarcelados, destruidos. Por democratizar el arte en espacios no convencionales. A favor de eso nosotros, los parias, los que no tenemos nombres, que por rostro tenemos una máscara, que por manos aerosoles y pinceles, nos unimos a ellos porque más que mujeres y hombres somos una idea, dejando atrás nuestra identidad y nuestra ambición de futuro, corremos libres por las calles y recovecos, entre las sombras usando a la ciudad como lienzo. Cada muro, cada pared es propicia para dejar nuestro mensaje. Un arte de todos, y para todos. Sin límites ni accesos restringidos para el transeúnte preocupado, para liberar al alienado, llenamos las calles grises de colores que te obligan a detenerte y descifrar el mensaje que a simple vista o escondido juega entre las formas. Cuatro segundos tenemos para que te detengas ante nuestro trabajo, cuatro segundos es lo que demora que tu ojo pierdo un trabajo de su campo visual, solo cuatro segundos para que pases a ser de un simple espectador a un cómplice intelectual, que pueda repetir en otro lugar nuestro “delito”. No somos rebeldes, no somos vándalos, solo tenemos conciencia, una conciencia que nos lleva a preocuparnos y a formar parte activa de la lucha por un cambio. Y hace mucho que el artista ha dejado su lugar de generador de ideas, de provocador de reflexiones y de incentivar a la elaboración o practica de nuevos pensamientos. Por ello nosotros decidimos retomar esa tarea. La conducta derrotista del artista, fecundada con la caída de las Vanguardias ya es un ser adulto y sonso, manipulable, corruptible, que solo crea “arte” para que le palmeen la espalda de forma afectuosa igual que a una mascota los que determinan que es lo correcto y acertado, ya no es una herramienta del pueblo, de la humanidad, sino que es un instrumento de las sociedades de dominio, un sádico que se alimenta de sus hijos para llenar sus arcas. Que elabora imágenes en una suerte de decoración carentes de sentido, de mensajes a igual que su creador sin alma ni conciencia. Queremos un arte más involucrada, donde su función sea educativa, reveladora de verdades, combatiente de injustitas y fundadora de la igualdad entre los Hombres. No aceptamos como arte cualquier otra cosa que no éste a fin con estas causas. Nuestra corriente no tiene ídolos, no hay dioses ni los habrá entre nosotros, no somos partidarios de ninguna política, solo creemos en nuestra política, y tenemos la firma convicción de que el artista es una herramienta del arte, elegido por nacer con cualidades para esta disciplina, las mismas cualidades que no le permiten ser médico o herrero, pero que sí lo llevaran a ser un creador y por ello no más importante que cualquier otro mortal. Nuestras obras llevan mensajes, buscan algo más que la belleza estética si es que esa quimera existe, nuestro arte no es bello menos aun si lo bello tiene algo que ver con las definiciones estéticas filosóficas que con sus teorías han intentado por siglos destruir la disciplina que los puede dejar como charlatanes al mostrarle a la humanidad que existe un puente entre el mundo de las ideas y el mundo sensible y ese puente es el arte, haciendo que lo perfectos no solo sea palpable sino también moldeable. Nuestras obras son sacrificables, van sobre un muro que será repintado sin miramientos cuando sea necesario o la imagen o el mensaje hayan cumplido su meta. No nos apegamos a nuestras creaciones sino a la creación misma, que no es instintiva ni sentimental, no creemos en esos símbolos de debilidad y ociosidad de dominan a los conceptualistas como el azar o la construcción por encargo. Nuestro trabajo, parte del análisis de la problemática socio-cultural, es producto de un extenuante razonamiento, de una elaboración, en oportunidades larga y costosa, no es al azar ni mucho menos espontánea, cada momento en su desarrollo esta medido, pesado y calibrado con el propósito de que su existencia cause el mayor efecto. No debemos a nuestra causa y no sentimos que nos sacrifiquemos por ella ya que no es ningún martirio ni dolor hacerlo. Más bien es un orgullo y una necesidad. No planteamos cambiar el mundo por medio del arte, sino usar el arte y a sus soldados para que el mundo comience a cambiar, no creemos en los cambios radicales sino en un proceso que tomara varias generaciones y aun falta para enfrenar las peores batalles, nuestras victorias no se miden por medios de las bajas de nuestros oponentes sino por la suma creciente de nuestras filas. La humanidad esta ciega, la han cegado a fuerza de engaños, nosotros tenemos la obligación de disolver esas vendas. Para ello debemos comprometernos, entrenarnos y determinar qué y cómo haremos las cosas, nadie dijo que fuera fácil porque de serlo este manifiesto hoy no se haría presente. Colectivo CREÁ